domingo, 19 de octubre de 2008

El vacío



El vacío es una noción muy vaga que se ha presentadoen la raza humana desde tiempos antiguos. Siemprese ha considerado que el planeta en el que nos encontramostiene un límite muy definido. A lo largo de la historiaesta idea ha evolucionado gracias a las nuevas tecnologíasy a nuestra propia evolución como seres vivientes.

Hoy en día, sabemos que más allá de nuestro planeta hayun universo densamente poblado, inmenso y virtualmenteimposible de limitar. Pero todo existe. Todo está ahíafuera. Excepto por el vacío. El vacío es un concepto muyabstracto y confuso, ya que verdaderamente no existe,por lo cual solamente podemos considerarlo como"la total ausencia del todo". Entonces, el vacío es,efectivamente, la nada total, y como la Nada Total,no tiene absolutamente ningún limite. Analicemosentonces este hecho: El universo es básicamenteun patrón de cuerpos astrales separados por el vacío.No es un vacío perfecto, porque hay gran cantidad departículas, conocidas como "polvo estelar". Sinembargo, cuando nos alejamos lo suficiente de unagalaxia (o un conjunto de galaxias), entramosen un vacío perfecto y sin límites. Si el universoes un espacio con materia, donde no llega la materiahay vacío, y como ya dijimos, el vacío no tiene límites,y por tanto es infinito. Tomando en cuenta este concepto,podemos efectivamente asumir que el universo es infinito.Infinitamente vacío, pero al mismo tiempo infinitamentelleno. Es una oscilación infinita entre la nada y laexistencia, y este concepto ha sido adoptado porincontables filósofos a lo largo de la historia.

El balance es indestructible. La materia no puedeser creada ni destruída. Siempre hay en el universola misma cantidad de materia, y por lo tanto la mismacantidad de vacío, ya que el vacío no tiene cantidad.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Reflexión de amistad.

¿Cuándo fue que empezamos a ser amigos?... no lo sé... ¿No te parece gracioso que con tu pareja siempre quieres llevar la cuenta, recordar el día y el momento exacto en que se conocieron ¿Cuándo empezaron su relación, a que hora, en donde?... con tu pareja celebras aniversarios...

Y con los amigos es algo que realmente sobra, no importa el momento exacto, la hora, el día en que los conoces, solo importa que a través de esos años, meses y días vas construyendo momentos inolvidables...

Con el presente construyes las anécdotas del ayer, recuerdas tal o cual fecha por sucesos importantes pasados a su lado, pero no tienes la presión de recordar que en un día exacto fue que empezaste a ser amigo de alguien...

Es más, tal vez al principio te caía mal, o no pensaste que algún día podrías llevarte bien conmigo, con la persona que hoy es tu gran amigo.

Estuve pensando en todo ello, y bueno, no importa si los conozco de hace diez, veinte, cinco años o unos cuantos meses... lo importante es que en algún momento del tiempo se dio el milagro de la amistad, que a través de ese mismo tiempo se ha ido construyendo la confianza, el respeto, la tolerancia, el cariño...

¡Cuántos años cuesta el construirlos y qué pronto se pueden perder! No te digo esto en una fecha especial, pues como ya dije, eso sale sobrando, te lo digo solo porque ayer, mañana, pero sobre todo HOY te considero mi amigo, amigo que quiero muchísimo y con quien me encanta convivir... Hoy te envío un enorme abrazo. Que la vida te sonría SIEMPRE!!!
Autor desconocido.

jueves, 26 de junio de 2008

Bravo por nuestro terere



El tereré no es sólo una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma tereré porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.

El tereré es exactamente lo contrario a la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo. Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es hola y la segunda ¿vamos a tomar terere?. Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico o entre los adolescentes mientras estudian. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse nada en cara. Colorados y liberales ceban tereré sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los malos. Cuando tenés un hijo, le empiezas a dar tereré cuando lo pide, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando ese enanito de tu sangre empieza a tomarlo. Que se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conoces a alguien por primera vez, siempre decís, si querés vení a casa y tomamos un tereré. La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿con limón, muy frío o no? El otro responde: Como tomes vos. Los teclados de las computadoras tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con dictaduras, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Si un día no hay yerba, un vecino tiene y te la da, sin problemas o le pedís y está todo bién. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez un tereré, solos. No es casualidad. No es porque sí.

El día que un chico toma su primer tereré sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma. O estas muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un tereré solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo tereré es nada más y nada menos que una demostración de valores. Es la solidaridad de aguantar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el tereré. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablas mientras el otro toma y viceversa. Es la sinceridad para decir, cambiá la yerba, o acomodá la yerba un poco. Es el compañerismo hecho momento. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está rico, no? Es la modestia de quien ceba el mejor tereré. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir gracias, al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones mas que compartir.

Ahora vos sabes, un tereré no es sólo un tereré